Hallamos y te damos la llave para volver, y revertir la causa del daño.
¡Qué linda promesa!! Y es real, no tan simple, pero real y está a tu alcance
En medicina es bastante frecuente encontrar la palabrita síndrome acompañada de múltiples nombres inventados, cuestión de encasillar, encajar, y darle forma a un conjunto de patologías que terminan en una vía final común, no siempre tan clara en su proceso.
Síndrome es el conjunto de síntomas y signos, con una causa y/o vía fisiopatológica en común que llevan a manifestar múltiples enfermedades.
Es que a los médicos nos encanta eso de clasificar, ordenar, nombrar…sub-clasificar, dividir, agrupar…en fin; creo que el motivo está en tratar de esclarecer la dupla causa-efecto, dejarla por escrito, publicada y difundida; entonces sí quedar con la conciencia tranquila de que está científicamente comprobado. Cuando…no siempre es así.
Por ejemplo, con el Síndrome Metabólico – antes llamado Síndrome X de Reaven- pasa algo similar. Porque más allá de la sumatoria de síntomas y signos que dan por resultante las enfermedades; deberíamos enfocarnos en la estrella del origen: la resistencia insulínica.
Por definición el Síndrome metabólico es la suma de obesidad central + dos de los siguientes factores:
- Obesidad central, definida como una circunferencia abdominal mayor o igual a 102 cm en hombres y 88 cm en mujeres.
- Hipertensión arterial en tratamiento o presión arterial mayor o igual a 130/80.
- Diabetes en tratamiento o nivel de la glucemia en ayunas mayor o igual a 100 mg/dl.
- Hipercolesterolemia en tratamiento o colesterol-HDL reducido, menos a 40 mg/dl en hombres o 50/ml en mujeres.
- Hipertrigliceridemia en tratamiento o trigliceridemia mayor o igual a 150 mg/dl.
Y la causa y mantenimiento fisiopatológico del mismo está dado por la Resistencia a la Insulina, -necesidad de alta insulina para mantener la glucemia normal- que lleva además a hígado graso, hiperuricemia, inflamación crónica de bajo grado y de ahí en adelante la cara visible y tardía de la enfermedad que busques!!: infarto cardíaco, accidente cerebrovascular, insuficiencia renal, amputación de miembros, impotencia funcional, , enfermedades inmunológicas- celiaquía, psoriasis, vitíligo, disbiosis intestinal, hipotiroidismo por Hashimoto, enfermedad inflamatoria intestinal…la lista es larga y cada día se suman más.
Noten ustedes que nunca hablamos de colesterol bueno, malo ni colesterol total, porque el colesterol solo viene a emparchar el daño hecho por el azúcar e insulina elevadas.
La resistencia a la insulina lleva a hiperinsulinemia compensadora, con todo el daño metabólico que ella produce: hiperfagia, lipogénesis, lesión endotelial y HTA, daño de las membranas celulares en general por peroxidación lipídica, envejecimiento cerebral.
Gran parte de la culpa la tiene el ESTRÉS, la hipersecreción de CORTISOL- resistencia hipotalámica a cortisol y leptina, que nos lleva a caer la trampa metabólica:
- Ingesta constante de hidratos de carbonos refinados- compulsión por HC, sumado a disbiosis
- Pérdida del ritmo de secreción de Insulina
- Hiperinsulinismo
- Resistencia a la Insulina (RI)
- Complicaciones de la RI
Salir de esa Trampa Metabólica es la clave para revertir la insulino-resistencia, es la llave para desandar el camino que llevó años a dañar nuestro metabolismo.
Comer comida real, darle reposo a tu sistema digestivo, moverte y bajar el estrés: de eso se componen los dientes de la llave, para recuperar tu salud y bienestar.
De eso se tratan los programas de S&R, sumado a la contención de un equipo de trabajo y una comunidad que te mantiene en el camino correcto y saludable; física, cognitiva y emocionalmente.
El síndrome metabólico es un conjunto de síntomas y signos que comparten una causa y/o vía fisiopatológica común, y que llevan a manifestar múltiples enfermedades. Los médicos tienden a clasificar y nombrar estos conjuntos de patologías para intentar comprender la causa y el efecto de manera más clara. Uno de estos síndromes es el síndrome metabólico, anteriormente conocido como síndrome X de Reaven.
El síndrome metabólico se define como la presencia de obesidad central junto con al menos dos de los siguientes factores: hipertensión arterial, diabetes, hipercolesterolemia y hipertrigliceridemia. Sin embargo, más allá de los síntomas y signos que conforman este síndrome, se debe enfocar en su origen: la resistencia a la insulina.
La resistencia a la insulina es la necesidad de altos niveles de insulina para mantener los niveles de glucosa en sangre normales. Esta resistencia conduce a problemas como hígado graso, hiperuricemia e inflamación crónica de bajo grado. Además, puede ser la causa de diversas enfermedades, como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal y disfunción eréctil, entre otras.
Es importante destacar que el colesterol no se menciona en el contexto del síndrome metabólico, ya que este solo actúa como una respuesta compensatoria al daño causado por los niveles altos de azúcar e insulina. La resistencia a la insulina conduce a una hiperinsulinemia compensatoria, que a su vez provoca una serie de daños metabólicos, como aumento del apetito, lipogénesis, daño endotelial, hipertensión arterial y envejecimiento cerebral.
El estrés juega un papel importante en el desarrollo del síndrome metabólico. La hipersecreción de cortisol debido al estrés, junto con la resistencia hipotalámica al cortisol y la leptina, nos lleva a caer en la trampa metabólica. Esta trampa se caracteriza por una ingesta constante de carbohidratos refinados, pérdida del ritmo de secreción de insulina, hiperinsulinismo y resistencia a la insulina, lo que conlleva complicaciones metabólicas.
Para revertir la resistencia a la insulina y salir de esta trampa metabólica, es fundamental adoptar hábitos saludables, como consumir alimentos reales, descansar el sistema digestivo, hacer ejercicio y reducir el estrés. Los programas de salud y bienestar, como el programa S&R, se enfocan en estos aspectos, brindando apoyo y contención a través de un equipo de trabajo y una comunidad que ayuda a mantener el camino hacia la salud física, cognitiva y emocional.