Y a mayor movimiento, más mitocondrias… ¡Eureka, más energía!
Desde el punto de vista ancestral, debemos saber que nuestra biología está diseñada para pasar gran parte del día realizando actividad de baja intensidad, con pequeños intervalos.
Nuestros antepasados alternaban días sumamente activos, donde debían correr, luchar, hacer esfuerzos para conseguir su alimento o defenderse de peligros naturales, con días de ocio y descanso. Y nuestra genética está diseñada para tolerar y sobrevivir sobre esta base.
Como el viejo dicho: “cocodrilo que se duerme es cartera”, así fue nuestra historia, pero nuestra vida moderna, dista mucho de esto.
Pasamos la mayor parte del día sentados, nos trasladamos en vehículo, disponemos de comida con solo hacer un click en el carrito de compras y abrir la heladera, el día y a la hora que sea. Estamos expuestos a otros estresores.
Otra cuestión, lejos de la realidad o de lo que aprendimos hace años, tiene que ver con esta afirmación de que debemos “movernos” para gastar calorías, para compensar la mala alimentación, para mantener el peso, para sudar y vernos bien.
¿El ejercicio puede ayudarnos a generar energía?:
La respuesta es sí. El ejercicio es un método eficaz para la biogénesis mitocondrial. Cada vez que hacemos ejercicio estimulamos la producción de nuevas mitocondrias, las usinas energéticas, y esto genera autofagia desechando las no sirven.
¿El ejercicio puede ayudarnos en nuestro sistema endócrino?
Claro que sí. El ejercicio estimula la liberación de mioquinas con función autócrina (en el mismo músculo), parácrinas (en tejidos vecinos) y endócrinas (en tejidos distantes).
Para que todo esto pueda suceder en armonía es clave un intestino saludable y buen dormir, y así darle buena calidad anabólica al músculo.
Hoy sabemos que el músculo, además de ser nuestra fuente de energía es un verdadero órgano endócrino.
Conozcamos algunos beneficios del movimiento:
- Actúa como estresor térmico- transforma tu grasa blanca en grasa parda – rica en mitocondrias- termogénica que aumenta el metabolismo.
- Mejora el sueño y ayuda a reestablecer el ritmo circadiano.
- Reduce la depresión, la ansiedad y mejora el estado anímico al liberar neurotransmisores como endorfinas, serotonina, dopamina.
- Estimula la neurogénesis, es decir la formación de nuevas neuronas.
- Mejora los niveles de glucosa, insulina y leptina.
- Aumenta la masa muscular y la densidad ósea.
- Mejora la capacidad cardio-pulmonar.
Muchas veces en el consultorio, nos preguntan a los médicos de Simple&Real ¿cuál es el mejor ejercicio físico? Con el paso del tiempo, las modas, sin depender de la edad, sexo o patología del paciente, la respuesta es siempre la misma: el mejor ejercicio físico para vos es el que a vos más te guste practicar.
Eso significa encontrar una o diversas actividades que puedas hacer en función de tus ocupaciones, a tu gusto y las que puedas sostener en el tiempo.
Tal vez puedas dos veces a la semana ir al gym, dos veces hacer running, un día descansar. O tal vez solo puedas esa semana caminar y hacer bici…. En fin lo que elijas hacer estará bien, solo no dejes de moverte. Podemos planificar y cumplirlo, o bien si planificar nos genera estrés extra, podemos no planificar. La propuesta es incorporar el ejercicio a nuestros hábitos.
La actividad física grupal, como deportes en grupo o entrenar grupalmente, tiene un bonus track que es la socialización. Esto, suma empatía, solidaridad y con ello mayor liberación de endorfinas, mayor bienestar y mayor adherencia a la actividad.
Desde Simple & Real te acompañamos en aprender, adoptar y mantener en el tiempo este hábito ancestral que la vida moderna ha querido borrar: ¡Te animamos a moverte!
- No te enfoques en gastar calorías, enfócate en ganar energía.
- ¿Querés ganar energía? Entonces a moverse. El movimiento aumenta la energía, la líbido y el foco.